lunes, 10 de junio de 2019


Este escrito es el resultado de hablar y de hablarnos, tantas y tantos mortales que por allí andamos, lo comparto como una sistematización colectiva con la aspiración de que contribuya en alguna medida con nuestro proceso de desarrollo hacia la sociedad socialista que pretendemos y construiremos, claro solos no juntas y juntos sí, como iguales como especie como seres. Hay una frase de Chávez que dice algo como: “yo soy de verdades, aun cuando a veces la verdad es un error”. 

La comunicación como forma integral para entendernos dentro de este grupo de individuos con intereses en común debe ser guiada por la verdad. La verdad es revolucionaria. Es de nuestros tiempos. Es indiscutible que para conocer nuestra verdad, debemos definir el pensamiento que nos anima a construir la historia. Esto pasa por discusiones y formación continua con nuestros iguales, hermanos de clase. (Esto excluye, por supuesto, a todos aquellos que decidieron no hacer pensamiento sino entregarse a un sistema de ideas ya establecidas en base al poder.) En esa constante, el efecto de la comunicación aterriza en las realidades. 

Porque las gentes de verdades precisan objetivos. Las gentes de verdades, asumen responsabilidades (sin que ninguna deje de ser importante) según lo que el cuerpo le permite. La gente de verdades, no duda ni flaquea ante la farsa del enemigo más cercano, nuestra propia sombra de miserias acechando en cada esquina pa que traicionemos a la verdad. Esa práctica, desde todos los espacios en los que nos desenvolvemos trazará un camino despejado y con menos inconvenientes.

Unificación de criterios. 

Se debe defender la idea pero con sentido común y de la manera más férrea pero organizada posible ya que hay un universo cosmogónico y pluripolar de criterios pero tenemos que estar claros que se deben unificar para que no estemos dispersos entre ese universo y sentar bases. Es necesario del estudio y de la acción. Uno más que otro o sólo uno, se queda en giros, en el mismo lugar. Hacer y difundir nuestra memoria histórica. Comenzar a valorar lo que somos, lo que hemos construido como pueblo entero. Desde el 27 de febrero de 1989, 4 de febrero del 92, las elecciones de 1998 y los 14 años de victorias electorales 18 en total con el invicto Chávez, nuestro Gigante; el golpe de Estado, las intentonas que vinieron después, el sabotaje petrolero. Los dos años recientes de turbulencias y ataques continuos y directos desde gringolandia: la guerra líquida, la guerra económica, las guarimbas, los asesinatos, y lo que viene. Aún con eso, Chávez tiene razón en gritar que hay bastante pueblo en esta patria, haciendo y construyendo en lo que es un pestañeo (teniendo en cuenta 523 años de nuestra larga historia de esclavitud) 18 añitos, nuestra historia que dignifica. Tenemos que hacer esa memoria, comprenderla, valorarla y difundirla. 

Comunicación para vivir o Vivir de la Comunicación 

Este tema de la comunicación tan central para lo que estamos construyendo, se fortalece de esta posibilidad de desaprendernos del lenguaje de poder con el que nos formo el capitalismo y asumir lo colectivo desde la sinceridad que nos secuestraron pero que lograremos su liberación. La realidad seguirá dando la razón, este sistema de explotación y saqueo del planeta, por el afán egoísta de acumulación por mantener el sistema capitalista, ya no da para más, la naturaleza está cobrando su parte en varios lugares y los pueblos también, está llegando la hora de que todos seamos un solo mundo, bajo un sistema que respete al ser humano y en convivencia plena con la naturaleza, sin explotar al hombre ni depredar al planeta. Para salvar a la especie humana y respetar a la naturaleza, ya no debe haber primer o tercer o segundo mundo, 

todos los pueblos del mundo cuando se trata de hacer respetar sus derechos por un futuro mejor, existe un sólo camino por recorrer, hay que arreciar la revolución cultural, comunicacional, política, social desde el trabajo y la educación como proceso fundamental. El capitalismo y sus representantes, les guste o no, tienen que reconocer esta realidad, los pueblos y la tierra no resisten más Las grandes fallas de los partidos con concepto de “maquinaria” es que son trampolines políticos que terminan siendo asaltados por voraces seudo líderes llenos de apetencias de poder, no nacidos del pueblo sino de las ansias políticas o económicas y que luego de finalizadas las contiendas electorales se desinfla la estructura o se paraliza la maquinaria y de a poco el pueblo mira con dolor, con profundo dolor, como fue utilizado por una seudo dirigencia que una vez en el poder le da la espalda, lo olvida y comienza a pavonearle a los poderes políticos y económicos, dejando en el olvido las promesas realizadas. Hoy el mundo es más completo, por eso todos tienen precio, Es tan cómodo servirle al imperio de mierda, que nos cuesta mucho pensar en vivir de nuevo a la intemperie. De bolas, que todo es más fácil si aceptamos vendernos. 

Pero que nadie se quede en la vitrina. Este mundo se cae a pedazos mientras todos nos vendemos por cualquier precio. Por más cómoda que me vendan la traición, seguiré siempre al lado de la revolución. 

Apaguemos la radio encendamos la comunicación. 

Por favor, a quienes tenemos que entendernos Por amor a los hablantes y escuchas, Por un fósforo, hago mis ruegos, Para la vela que mendigo, Que ilumine la comunicación, Esa que mal dirigimos Entre la avaricia y la arrogancia Entre no entendernos ni comprendernos… ¿Quién lo tendrá, donde estará la cajita, quien nos venderá la vela?. Mi mama usaba un platico, como olvidarme de ella, Si me enseño a encenderlas De una, en una, las velas, Que una, se enciende con otra, Que otra, enciende a cualquiera, Que una vela Le hace la base a otra, Para que aguante la candela… Como también recuerdo Que lo primero es la base donde ponerla… … ¿y a la comunicación, donde sostenerla? 
Derrotemos los Egos, Construyamos comunicación. 


Si nada es nuestro y todo cuesta, como encender la comunicación, quizás solo la plegaria es propiedad colectiva, el ruego, y la palabra, trabajemos pues a hacer los fósforos para el fuego, con la razón y el corazón, hagamos la vela con la cera de los desacuerdos para saber en que ponernos de acuerdo, que se derrita con la llama de nuestro tesón, en la base del platico de lo que somos. Queremos ser entendidos y comprendidos, y se nos va la vida en la lucha intensa, entre el hacernos entender y que nos reconozcan, se nos pasa el tiempo,

Malgastamos los momentos en una competencia donde debemos hacer sobre todo las trampas más necesarias para sobrevivir, el detalle es que creemos que lo logramos, nos imponemos tratando de que se nos escuche, sin oír, de que nos comuniquemos sin comunicar, de pensar siempre que somos uno y no mínimo dos, es triste saber que quienes quieres no te entienden, más doloroso es enterarnos de con quienes contamos no nos entendemos, porque nos dedicamos a decir, y no a escuchar, para escuchar tenemos que buscar las ganas de desaprender, de descobijar al pensamiento, de no tener miedos y dejarnos de tratar como enemigos, no se trata de tener la razón es de compartirla, no se trata de ganar, sino de construir en marco de una lógica . Nos quejamos siempre de que no “me entienden”, “tu no me comprendes” pero no hacemos nada por salir de ese estado, porque “tú tienes que”, debemos siempre buscar conversar, cuando alguien evade el diálogo es más complicado, pero siempre hay que insistir y demostrar con humildad que lo intentamos, de una y mil maneras, que quien no busca avanzar en conjunto, tendremos que inventar el cómo no dejarlo atrás, debemos situarnos en las medias del otro, pero es más conveniente repartir culpas más cuando no alcanzan para “mi”, nos cuesta asumir responsabilidades eso también lo entiendo, cada quien en sus momentos, cada cual en sus fases, tenemos que hacer el esfuerzo por asimétricamente aproximarnos a una comprensión mayor de los demás, nos tocará siempre comprender y entender a quienes aun no tienen cicatrices, ni heridas en el pensamiento, es saber que cada quien es particular, y como partícula tenemos características, observémonos pues, seamos valientes y dejemos la cobardía de ver solo “desde mi punto de vista”. Desde la individualidad todo es cómodo, es fácil, salgamos de ese estado a uno superior donde la compresión del colectivo pasa por una percepción colectiva. Apaguemos los aparatos, y miremos alrededor, encendamos la mirada, y busquemos conectarnos con la totalidad de la que somos parte, encendamos los oídos, y escuchemos los pájaros que están ahí, detrás del ruido del carro, olfateemos el olor de las pumalacas de la avenida, del mango que aun sobreviven al cemento y que aun así nos informan de lo increíble de la vida, busquemos la llama interior para sobrevivir a la incomunicación. 

Y luego, solo luego podremos conectarnos como hermanos, como seres que también buscamos sobrevivir, y para ese logro tendremos que decirnos, tendremos que escucharnos, tendremos que acordar, y la garantía será el respeto para el avance sensato a un estado superior de nuestras vidas. ¿Estamos dispuestos o no?, si nosotros que decimos que la comunicación es lo más importante para el ser, no la practicamos que clases de seres seremos, entonces dejemos el panfleto, cerremos las cuentas virtuales, dejemos el celular de lado, los grupos y apaguemos la radio, y nos vamos a recoger chapas para la plaza, y hay que ver que hasta para eso nos tendremos que poner de acuerdo, nos tendremos que comunicar.

Escrito por: Julio Cesar Rodriguez (Bakunin Mijais)
Comunicador Popular

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